En la escena final de la genial película JoJo Rabbitt aparece esta frase del poeta austriaco.
En las últimas semanas, esta frase me ha estado siguiendo sin descanso, como el Minotauro a Teseo en medio del laberinto oscuro, en este mar sin ideas que produce el encierro, en el miedo que me ahoga aún teniendo oxígeno.
Sin embargo, como nos recuerda Rilke, ningún sentimiento es definitivo; y es aliviador descubrir que, después de un mes de cuarentena, no estaba en ningún laberinto, sino en un túnel.
No importa cuánto tiempo más dure en este túnel, porque ya veo aparecer a lo lejos los primeros rayos de sol.
En las últimas semanas, esta frase me ha estado siguiendo sin descanso, como el Minotauro a Teseo en medio del laberinto oscuro, en este mar sin ideas que produce el encierro, en el miedo que me ahoga aún teniendo oxígeno.
Sin embargo, como nos recuerda Rilke, ningún sentimiento es definitivo; y es aliviador descubrir que, después de un mes de cuarentena, no estaba en ningún laberinto, sino en un túnel.
No importa cuánto tiempo más dure en este túnel, porque ya veo aparecer a lo lejos los primeros rayos de sol.
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