miércoles, 13 de julio de 2016

Demolition



¿Qué pasa cuando nos desconectamos?
De repente ni siquiera sonreímos al escuchar una historia que nos parece graciosa.
Cuando nos están hablando y la cabeza está en otra escena, pasada o futura.
La distracción nos puede envolver en cualquier momento, claro, lo inesperado es cuando frente a un suceso trágico, el cuerpo se atrinchera y evita que nuestras emociones conecten con él.

Esta situación se torna universal al ver el inicio de Demolition: Davis Mitchell (
Jake Gyllenhaal), banquero exitoso, acaba de perder a su esposa.
Murió en un accidente en auto, a su lado, y Davis, está ahí, preguntándose porque la máquina expendedora del hospital se malogró.
Davis solo atina a escribir al Servicio al Cliente para que le expliquen, por favor, por qué si dejó caer la moneda, el snack se atracó justo antes de suspenderse en al aire.
"Encontré esto molesto porque estaba hambriento. Y también porque mi esposa había muerto diez minutos antes". Así firma la carta, escrita de puño y letra. Y el suegro, otro logro importante de Chris Cooper(American Beauty, 1999/Capote, 2005), no sabe qué puede estar pasando por la cabeza de su yerno.
 

¿Qué pasaría con Davis, realmente? Porque la frialdad interpretada por Jake Gyllenhaal (Brokeback Mountain, 2005/Nightcrawler, 2014) es inquietante.
Me hace pensar que el director de la película, el canadiense Jean Marc Vallé (Dallas Buyers Club, 2013/Wild, 2014), al leer el guión conectó con la gelidez del personaje principal y, quizá, le hizo recordar una lectura de su juventud, “El extranjero”, de Albert Camus, y su impactante inicio:
“Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: «Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias.» Pero no quiere decir nada. Quizá haya sido ayer.”

La banda sonora y la fotografía son de un cuidado reconocible, pero lo más importante es la metáfora escogida para la película: "Para arreglar algo hay que desarmarlo todo", le sugiere el suegro al saber que tiene un refrigerador malogrado. Y en ese preciso instante, Davis Mitchell
parece comprender qué debía hacer para conectar con un mundo que hasta ese día parecía serle totalmente ajeno: Demolerlo todo, lo tangible y lo intangible, lo que ve y lo que no ve, lo que siente y todo aquello que conserve el perfume del recuerdo. Y en la búsqueda de ese sentido, nosotros también subimos al metro con Davis, corremos por la playa y perseguimos gaviotas al lado Karen Moreno (Naomi Watts) y tocamos la guitarra con su hijo adolescente, interpretado brillantemente por Judah Lewis.
Demoler para volver a crear, una de las claves de la poiesis de
Jean Marc Vallé.

 Foto: Spletnik, Rusia

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